jueves, 26 de junio de 2008

UNA NOCHE PERFECTA


En ocasiones vives momentos en los que suceden tantas cosas diferentes en el marco del mismo escenario, que acreditarlo como acontecimientos ocurridos y sin faltarle a la verdad, resulta muy difícil, a menos que no seas uno de los autores presénciales del hecho en cuestión.

Nos pasamos toda una vida en donde presenciamos un sin número de eventos que ocurren a nuestro alrededor, vivimos días muy alegres por singulares agasajos nuestros, de un amigo, de algún miembro de la familia y hasta por acontecimientos nacionales o internacionales que nos hacen vibrar de entusiasmo, provocando que nuestras expresiones corporales pongan de manifiesto el gozo que invade nuestra anatomía, llegando hasta el extremo de gritar, saltar y hasta llorar a consecuencia de este tan peculiar y agradable sentimiento, la emoción en su expresión de gozo.

La otra cara de la moneda no deja de estar presente en el acontecer de nuestros días, la emoción en su expresión de tristeza es un estado de ánimo que de manera cíclica permanece invadiéndonos, provocando por demás sensaciones que en muchos casos quisiéramos no volver a recordar en el resto de nuestros días, a causa de ella lloramos, nos enfurecemos y hasta somos capaces de agredir, teniendo en ocasiones consecuencias impredecibles.

Si algo damos por cierto, es que estos dos estados de ánimo no tienen día, fecha ni hora para ser nuestro huésped; pero no es menos cierto que para su aparición prefieren el ambiente nocturno, como prueba de ello solo basta con recordar nuestros mas anhelados o abominables momentos, de seguro esos recuerdos nos remontan a una que otra muy agradable o muy odiada noche. La noche es el espacio natural destinado para que las grandes emociones hagan acto de presencia, de igual forma es la atmósfera perfecta para que esos momentos de aflicción y desesperanza te azoten cuando menos lo esperas, esto dificulta que en una sola noche puedan convergir los elementos que componen la alegría y la tristeza, lo que aleja la existencia de que en algún momento de nuestras vidas podamos ver Una Noche Perfecta.

Dios me dio la oportunidad de vivir una noche en donde puedas:

  • Estar en un lugar solitario con la persona que deseas estarlo.
  • Recibir besos, caricias.
  • Compartir pan y vino.
  • Sentir las suaves brisas del mar a ritmo del sonido de las olas.
  • Dar y recibir expresiones sinceras de amor y afecto.
  • Sentir los diferentes estados de las emociones. Entristecerte, llorar y luego volver a sonreír de alegría.
  • Tener momentos inolvidables e indescriptibles mediante la compenetración de dos cuerpos.
  • Y hasta compartir un poco de televisión.

A caso, no es esto Una Noche Perfecta?

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